Platos salados se realzan con vainilla

Vainilla en Rama comercializa vainilla de Madagascar, considerada la mejor del mundo: vainas gordas de calidad Bourbon, tipo premium, que se empacan individualmente, al vacío. Alejandro Muñoz creó la empresa después de que una escasez temporal del producto artificial dificultara el trabajo de repostería de su esposa. Constató que en el país no se vendía en rama, decidió importarla y luego de comprobar su calidad la ofreció a una manicería en Puerto La Cruz. Ahora también se vende en Caracas, Maracaibo, Acarigua, Puerto Ordaz, Maturín, Barcelona y Margarita, dice Sandrine Simonnet, encargada de la comercialización del producto, del que garantiza su frescura, aroma y sabor. Se vende al mayor, a partir de 25 unidades, y la clientela incluye, además de tiendas especializadas de especias, de repostería y gourmet, pasteleros, reposteros, cocineros y personas que requieren una dieta libre de gluten, que no pueden consumir el producto artificial. Usualmente la vainilla se utiliza en preparaciones dulces: con chocolate, para realzar el sabor de los bombones; y para enriquecer cremas, arroces, helados y azúcar, que licuada con las semillas y la vaina gana aroma. También para preparar extracto, mezclada con vodka. "Se añaden 100 gramos de vainillas cortadas a 1 litro del licor y, después de 2 meses, la mezcla puede usarse en la elaboración de tortas y galletas", dice Simonnet, interesada en difundir el empleo de la vainilla en platos salados.

¿Ejemplos? En el marinado de aceite de oliva, al que se añade la vaina entera, para utilizarse como aderezo para mariscos junto con la ralladura de un limón; como aderezo de crema blanca para acompañar aves y pescados; en carpaccios y puré de papa, como si fuera nuez moscada; y para aromatizar salmón y mero en churrasco horneados en papillote, en hoja de plátano. "Las semillas de una vainilla son suficientes para enriquecer este plato, en el que puede combinarse con anís estrellado, jengibre y jugo de limón y de naranja".

RECUADRO

El Producto

Lairén

Es difícil encontrarlo en los mercados caraqueños, pero su sabor y textura pueden degustarse en D.O.C., que acaba de recibir la cosecha de Genaro Tavares, que cultiva el tubérculo en El Pilar, población de Sucre. Fue un producto importante en la mesa venezolana, recuerda Jean Paul Coupal, propietario del restaurante, donde se ofrecerá en tres platos: confitado en aceite de oliva, en ceviche con setas, y salteado. En el primer caso se cocina a fuego bajo por dos horas...

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