En una playa griega

El 2 de septiembre del año pasado, el mundo se estremeció con la dura imagen del niño sirio Aylan Kurdi, muerto en una playa griega. Aún da tristeza, rabia e impotencia verla y pensar que ahí se apagó un futuro.Como él hay millones de infan tes en el mundo. Muchos, atascados, dejados a su suerte en la frontera sirio-turca, como los 10.000 a los que se les perdió el rastro.Uno de sus epicentros actua les se ubica en las fronteras de la Unión Europea, que el año pasado recibió a más de un millón de personas en tal situación.Cantidad que crea un problema frente al cual estos países han actuado de manera errática.Factores externos a la UE sí están actuando, quién sabe si de la mejor manera. El noruego Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, aseguró que la Alianza del Atlántico enviará barcos alemanes a custodiar el mar Egeo para combatir el tráfico de seres humanos. Suena bien, pero la otra cara es la...

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