Pobreza en la prensa venezolana: crónica de una tormenta

Preámbulo Entre diciembre de 2005 y octubre de 2008 le dediqué la vida a uno de los proyectos más extravagantes que jamás haya emprendido: conocer cómo la prensa venezolana habla de la pobreza en sus páginas. La mención recurrente de la palabra pobreza en América Latina y en Venezuela fabrica el espejismo de que éste es el más trillado de los temas, una falsa interpretación que lo condena de antemano. Mi análisis sobre la representación de la pobreza en la prensa me permitió cobrar conciencia de que las variables asociadas con este fenómeno son tan numerosas y complejas que al cabo, por simple apabullamiento, es fácil tirar la toalla y conformarse con elaborar generalizaciones razonables. Por fortuna conté con un precedente útil para acercarme al monstruo: El periodista y académico colombiano Germán Rey examinó lo que el diario bogotano El Tiempo publicó en sus pági nas sobre pobreza durante los meses de febrero, mayo, agosto y noviembre de 2002. Rey empleó matrices de análisis que medían frecuencias de categorías sociales y periodísticas, las primeras asociadas con los aspectos que reflejan la pobreza como un fenómeno colectivo, las segundas con los criterios retóricos y técnicos a través de los cuales el periodismo transforma la pobreza en información, es decir, en signo. El número de textos pe riodísticos retenidos por Germán Rey sumaba 171. El estudio venezolano entrañó en cambio el examen de 3126 textos producidos en febrero, mayo, agosto y noviembre de 2005: 1477 por Últimas Noticias 9,54% de todos los publicados durante los meses en cuestión, 855 por El Nacional 6,61% y 794 por El Univer sal 3,18%. La diferencia de casos entre el estudio venezolano y el colombiano, más allá del hecho de que este último abarcara tres diarios y de otros criterios metodológicos no explícitos en las cifras, se debió a que los periódicos venezolanos operaron en un ambiente de confrontación política en el cual la pobreza y la exclusión social fueron los catalizadores de la polarización. Incluso los diarios venezolanos dirigidos a las clases medias y altas, El Nacional y El Uni versal, publicaron, como mínimo, cuatro veces más textos alusivos a variables de pobreza que El Tiempo de Bogotá. Durante los primeros ocho meses, el proyecto contó con la colaboración de un grupo de asistentes Delymart de León, Nadia Goncalves, Jaqueline Osteicochea, Gabriela Velásquez, todas ellas coordinadas por la periodista Adriana García Cunto y por mí, sin cuya ayuda hubiera...

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