No podía jugar pelota sin hacer bombas de chicle

Dámaso Blanco es un buen conversador. No sorprende que desde los años 70, in cluso antes de retirarse como pelotero, se haya ganado el pan gracias a su facilidad para hablar y explicar lo que ocurre en el terreno de juego.Llegó a las grandes ligas cuando era una rareza ser simultáneamente bigleaguer y venezolano. Pero su ascenso, confiesa, marcó el inicio del fin en su carrera como jugador, de la que guarda tantos recuerdos y que finalmente le ha llevado a tener un lugar en el Salón de la Fama.-¿Cuál es el episodio más divertido que ha visto en un diamante? Yo estaba en las tribunas del Universitario y Pompeyo Davalillo dio un doble. Vino el tiro de relevo y le entregaron la pelota al Carrao Bracho.El Carrao fue al montículo, se metió el guante debajo de la axila y agarró la pez rubia.Nadie había pedido tiempo, así que Pompeyo salió corriendo a tercera. El Carrao no sabía si tirar la pelota o la bolsa de pez rubia. Lo único que le quedó fue llenar de improperios a Pompeyo.Siempre fui seguidor de Pompeyo, porque representaba el tipo de pelotero que yo era: pequeño, sin mucha fuerza y con habilidad.-¿Cuál es su mejor recuerdo de la pelota amateur? -Mis días con el Intendencia Naval. Era muy divertido, porque casi no perdíamos. Teníamos un grupo muy bueno, el núcleo del equipo que ganó en los Juegos Panamericanos.Luis Peñalver y yo íbamos juntos a todas partes.-Si creció admirando al Chi co Carrasquel y siempre ha llevado su número 17 en una medallita, ¿por qué no jugó shortstop? -Fui el shortstop con el mejor promedio de fildeo en mi primer año en Estados Unidos. Pero Venezuela produjo, y produce, tantos shortstops, tan buenos, que yo era uno más. Y en tercera tenía muy buen alcance. Eso sí, cuando llegué a las grandes ligas, lo hice como campocorto, como sustituto de Chris Speier, que se había lesionado.-Durante años, sus colegas comentaristas bromeaban sobre su bateo, diciendo que no tenía ofensiva. ¿Lo decían también los peloteros de su tiempo? -Yo era un peón en el lineup.El Negro Prieto, dueño del Caracas, le dijo una vez al manager Regino Otero: ¿Cuándo vas a sentar a Dámaso Blanco?. Y Regino le dijo: No importa que Dámaso no batee, él le quita los hits a los rivales. César Tovar y Vitico Davalillo decían: Nosotros bateamos por él. Creo que se creó una conseja con todo eso. Pero cuando me retiré, descubrí que era el tercer pelotero mejor pagado en nuestra liga.-¿Cuál era el mayor placer de jugar beisbol? -Tener una pelota de chicle en...

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