El poder y el fantoche

El viejo héroe de una insurrección armada contra el dictador Anastasio Somoza se ha convertido ahora y quizá hace tiempo en un fantoche del poder. El primer presidente de una revolución que se creía socialista y acabó en una piñata -como lo recuerda con sinceridad y dolor el escritor Sergio Ramírez en su libro Adiós, muchachos-, ese es el hombre que gobierna Nicaragua con su familia.Nicaragua, la patria grande de Sandino y Darío, vive hace rato el infortunio de tener una pareja presidencial que remeda las ambiciones de poder de Macbeth y su intrigante esposa. No mandaron a matar al rey para ocupar su trono, pero han matado la posibilidad de encauzar la democracia.El poder es compartido en Nicaragua por el presidente, Daniel Ortega, y su esposa, Rosario Murillo. Faltaba que le diera un título y se lo dio: es la canciller oficiosa de su país.Este enredo de familia, al que ahora se suman los hijos del presidente convertidos en funcionarios de su confianza, es la alianza de caricatura y opereta que gobierna a Nicaragua.Una mezcla de patriotismo sandinista y peroratas...

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