El poder no otorga competencia

Es una afirmación tan categórica, precisa y tan irreprochable que no admite explicaciones. Al mismo tiempo es la afirmación más ignorada por todos los que tienen una mínima dosis de poder en cualquiera de las áreas del quehacer humano, en especial, donde existe una subordinación institucionalizada, es decir, en casi todas las funciones de los grupos sociales reglamentados para regular la aplicación de las leyes. El poder jerarquizado clasifica las funciones de una sociedad en relación con la subordinación. El poder tiene muchas acepciones, desde la de ser la imagen del gobierno de un Estado, hasta la mezquina y miserable del ambicioso sin escrúpulos que sólo tiene el deseo intenso de conseguir autoridad, fama y lucro para beneficio propio. El poder es también una facultad para mandar, dominar e influir para bien o para mal. Depende de las intenciones. Por eso hay poder absoluto, omnipotente y destructor, y poder respetuoso, disciplinario, constitucional, democrático y satisfactorio. El poder más nefasto es el poder pretencioso de aparentar ser lo que no se es. Al mismo tiempo, es también el más vulnerable porque la verdadera personalidad siempre se revela.Aquí me refiero exclusivamente al individuo que por tener una determinada dosis de poder se considera competente y con sobrada autoridad para opinar, juzgar, elogiar o descalificar los pensamientos y las obras de quienes ejercen actividades de las cuales el "poderoso" no tiene la menor idea por la sencilla razón de que no son de su conocimiento. Eso se llama abuso de poder. Ese individuo maneja su grado de poder según el nivel de la posición que ocupa. Si es un empleadito de poca monta es posible refutar u objetar, pero si se trata de un señor ministro, un señor gobernador u otro "pesado", la cosa se pone más difícil porque refutarlo conlleva casi siempre consecuencias negativas, entre ellas la rescisión del contrato o la pérdida del empleo. Estos casos son propios y muy frecuentes entre los "poderosos" ignorantes. Una ignorancia abusiva, autoritaria y estúpida. Los poderosos ignorantes son la plaga de muchos países, en especial de los autoritarios y subdesarrollados. Tal conducta y autoritario comportamiento están casi siempre asociados a la incompetencia y al desconocimiento de la materia que debería dominarse y que, en cambio, es consecuencia de un nombramiento vinculado al amiguismo, a intereses compartidos o a coincidencias ideológicas. Se advierte en todas partes y en todos los...

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