Poesía y enigma: Emperifolladas y Theobroma Cacao

Poesía de Emperifolladas Ana Luisa Figueredo comprende que no se puede hablar de igual a igual con las hojas de los árboles. Ellas merecen un trato elevado. Compone poesía para enaltecer la presencia de la naturaleza. Coquetea cómplice con una luz amansadora hasta que las hojas se rinden y bailan. Juegan a esconderse y mostrase hasta que estallan silencios que se combinan con sombras, matices, perforaciones, que hacen apareamientos que danzan por instantes, por momentos. Bajan los versos visuales en tropel por la cascada elevada, en su lectura plantean juegos de ángulos que calzan sin develar el misterio. El misterio que despierta la presencia de verdes profundos fraccionados por negros o blancos. Un mensaje cifrado, lleno de profundidad, noche, bailarines, pájaros, texturas, venas, volúmenes. Cada foto es un fragmento de naturaleza desnudo, sin prejuicios, relajado, vista por un ojo asombrado. Los árboles merecen que los observemos en detalle, en su individualidad. Ver la naturaleza de las hojas a través de la exaltación de su potencial es un arte que Figueredo sabe plasmar. Enigma del Theobroma Cacao Figueredo a su paso deja huellas para...

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