La polarización ensombrece al Premio Nacional de Cultura

U n acto trascenden-tal para Venezuela. Así consideraba María Teresa Cas tillo el Premio Nacional de Cultura. Lo dijo en una de las salas de Miraflores en febrero de 1990, cuando el entonces presidente Carlos Andrés Pérez hizo entrega del galardón al grupo de artistas, creadores e intelectuales. En el evento estuvo también José Antonio Abreu, director del Consejo Nacional de la Cultura.Se trata del reconocimien to más longevo del país. Su génesis se remonta a 1940, cuando se celebró el Primer Salón Oficial de Arte Venezolano. Entonces se premió a Marcos Castillo en Pintura y a Francisco Narváez en Escultura, categorías que se mantuvieron hasta 1969. Poco a poco se fueron incorporando otras: en 1947 se reconocía a los representantes de Artes Plásticas, Literatura y Artes Aplicadas. Le siguieron Dibujo y Grabado. En 1963 el primero en llevarse el galardón en Arquitectura fue Carlos Raúl Villanueva y en 1970 se incorporó Teatro, con Rodolfo Santana. Cinco años más tarde vendría Música con Moisés Moleiro.En los ochenta Juan Félix Sánchez es premiado por primera vez en la mención Cultura Popular. Y entre las últimas estuvieron Cine con Román Chalbaud, Fotografía para José Sigala ambas en 1990 y Danza, para Vicente Nebrada, dos años más tarde.Desde entonces ha estado ligado a nombres fundamentales de la cultura nacional, un galardón que ha beneficiado a más de 378 creadores.Además de los cambios en las categorías, también han sido varias las instituciones responsables de entregarlo: del Ministerio de Educación pasó al Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes; luego fue el Conac y desde 2007 el Ministerio de Cultura a través de la Fundación Casa del Artista.En 2001 pasó de ser anual a otorgarse cada dos años. Así las nominaciones pasaron de estar en manos del jurado a las comunidades, colectivos y organismos culturales. Todas y todos pueden postular y ser postulados, publica la Casa del Artista en su página web.En lo personal no me gus ta esa metodología, creo que debería ser el jurado sobre la base de un debate el que decida quiénes serán los candidatos. Yo eliminaría esa preselección. Estamos como en las elecciones de Estados Unidos, que son de segunda clase, expresa Carlos Azpúrua, jurado y ganador del premio en 2006.En la era chavista. Como toda elección, lo acompaña la polémica. Situación que en los últimos 15 años ha resonado con más fuerza, debido a la polarización política.Así sucedió este año, cuando fueron anunciados los ganadores...

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