El polvo de los muertos va de lo gótico a lo policial

En El polvo de los muertos Norberto José Olivar vuelve a sus obsesiones: la muerte, los espiritistas y los hombres lobo, así como a ciertas insólitas anécdotas marabinas a través de la historia de Alexander Marion Projarov, un ruso acusado de ser espía que termina ocupándose de un extraño asesinato ocurrido en la capital del estado Zulia en la década de los años cincuenta. Así, el motivo policial -como ocurre en las mejores secciones de Un vampiro en Maracaibo se convierte en una excusa para la imaginación y las conexiones desquiciadas -el autor dixitque son el fundamento de su ficción.Puede ser un policial, sin du da, pero también un western, o un breve tratado de filosofía de la muerte, o un relato de horror, todos a la vez, o cualquier otra cosa que se le antoje al lector, indica el escritor marabino nacido en 1964, que presenta este como un artefacto con varios niveles de lecturas. Hay cierta ambición a lo complejo, pero desde la más radical sencillez, puntualiza y agrega: Lo gótico impregna, pero aquellos elementos grotescos o inverosímiles que se presentan no tratan de darle un toque singular a Maracaibo, más bien son un intento por demostrar que las pesadillas internas, locales, pueden ser articuladas o identificadas en cualquier lugar del mundo.Política y miedo. Además de proponer como tema fundamental el miedo, la obra tiene una lectura política a través de la metáfora del grupo de extrema izquierda al que pertenece Benjamín Rodríguez, la víctima cuya muerte la novela preten de resolver, pero no como un ensayo de literatura comprometida con ideas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR