Ponce saca la cara

Esta tarde se encenderá el televisor de la casa de la familia Ponce en Los Arenales, un sector popular, con calles de tierra y techos de zinc, al oeste de Maracaibo. Ahí creció Andrés Fabián, el hijo de Jaime y Noemí, el nueve de la Vinotinto Sub 17, el goleador del Suramericano, la referencia ofensiva de una Venezuela que hoy se enfrenta con Uruguay 1:35 pm con las posibilidades de su lado para terminar de asegurar un cupo en el Mundial, un puesto que virtualmente ya le pertenece.Como ha pasado en los siete partidos anteriores, la casa de los Ponce seguramente se llenará de vecinos alrededor del aparato. El día de la primera fecha del torneo, a Jaime, el padre del delantero, tuvieron que prepararle una manzanilla para calmarle después de que su hijo le anotara a Ecuador. Me hizo llorar, ¡hasta me dio taquicardia!, contó orgulloso el hombre, quien se gana la vida vendiendo chicha todos los días.Todos los días menos en los que su hijo tiene partido. Desde que comenzó el Suramericano se me han incrementado las ventas, también las amistades, dijo.No es para menos, el menor de sus hijos es una de las estrellas del equipo venezolano, uno que se ha metido en la cabeza que puede no solo clasifi car al Mundial, si no que también aspira a ganar el Suramericano.Largo camino. Una tarde, mientras intentaba vender algún vaso de chicha o de tizana, Jaime conversó con un entrenador de la zona, Lucas Arteaga, quien fue el que inició a Andrés en el juego, cuando tenía dos años y medio de edad, en una escuela en El Tablazo.Al principio celebraba todos los goles, los de su equipo y los del otro, recordó el padre, quien también tuvo otros dos hijos, el...

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