La pranización de la sociedad

No se trata de una broma o de un chisme que podría resultar de interés para algu nos; no, se trata de la tragedia que vive hoy Venezuela y parte importante de América Latina. En el campo penitenciario estamos observando un caos tal que da la impresión de que el Estado no tuviera ningún control sobre las cárceles y, por el contrario, pareciera que estuvieran bajo el dominio total de los mismos reclusos. En estos días y a propósito de la crisis en La Planta pudimos leer una noticia que si no fuera por la gravedad de la situación festejaríamos la gracia y el tono jocoso de la nota. La noticia en cuestión decía así textualmente: El pran Oriente le manda a decir al pran Chingo que deponga su actitud y deje salir a los muchachos para que se agilicen los traslados. El pran Oriente fue el líder del levantamiento de los reclusos en Rodeo el año pasado y el pran Chingo fue el líder del reciente alzamiento de La Planta. Se trata de un joven que no rebasa los 24 años de edad, procesado por homicidios y que tenía un ejército a su mando de 2.000 hombres aproximadamente. Se dice que el Chingo estuvo bajo las órdenes de Oriente en la cárcel de Rodeo, de tal manera que éste le estaba girando instrucciones a su lugarteniente de acabar con el conflicto. Toda la batería del Estado con miles de efectivos y personal de custodia no pudieron hacer nada en contra de un grupo de reclusos fuertemente armados que manejan un alto nivel de violencia, pues el motín comenzó cuando se produjeron riñas entre ellos mismos y murieron unos cuantos reclusos. Dos jóvenes que no pasaban de 25 años de edad dirigieron el conflicto por más de un mes y éste terminó cuando ellos, los pranes lo decidieron. Luego, en el traslado, estos líderes escaparon y posteriormente fueron recapturados. Esta situación tiene antece dentes en América Latina: el caso de Brasil en el cual Marcola Marcos Camacho, jefe de los reclusos y narcotraficantes de Sao Paulo, tomó el control de la ciudad y puso en jaque a la policía desde el penal mismo. En Venezuela, la delincuencia y los...

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