Preocupación externa e interna

La designación del general Henry Rangel Silva como ministro de la Defensa, sin desprenderse toda vía del Comando Operativo de la Fuerza Armada, ha encendido las luces rojas en el continente y buena parte del mundo. En los países andinos se abren interrogantes graves con relación al Gobierno venezolano. La opinión pública colombiana no sale de su asombro. Las autoridades civiles y militares guardan silencio, mas no pasividad. No declaran, pero diciendo que privadamente plantearán a Venezuela sus inquietu des. Son muchas. Basta con leer el reportaje central de la revista Se mana de Bogotá publicado la semana pasada bajo el título de El amigo de Timochenko, los análisis de los más calificados voceros de la opinión pública y conocer algo de la realidad de ese país para concluir que estamos a las puertas de un recalentamiento de las relaciones. Pareciera que el alto gobierno no puede desprenderse de los compromisos adquiridos durante estos ilustrativos años con quienes se han convertido en la amenaza mayor para la estabilidad, la decencia y la salud de nuestros pueblos. Estados Unidos sigue con aten ción este caso. Se trata de uno de los pocos altos oficiales venezolanos acusados directamente de complicidad con el narcotráfico y el terrorismo, de vinculaciones con las FARC y, eventualmente, encubridores de las relaciones con la ETA y de las actuaciones conjuntas en territorio nuestro. Las investigaciones y...

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