Las primeras navidades sin un ser querido

La Navidad suele ser un motivo, una excusa para que la gente viva a plenitud el fin de año. Hay emoción al decorar los hogares con motivos festivos, al organizar cenas ingentes en las que sobran las hallacas, el pan de jamón y el ponche crema, y con villancicos y de gaitas que musicalizan la mayoría de las reuniones en esta época. Para muchas personas, sin embargo, diciembre no es precisamente sinónimo de alegría, sino un mes en el que se exaltan los sentimientos de tristeza y que se cubre de nostalgia por recordar a aquellas personas con las que se tuvo un vínculo especial y ya no los acompañan físicamente. La Navidad suele ser un motivo, una excusa para que la gente viva a plenitud el fin de año. Hay emoción al decorar los hogares con motivos festivos, al organizar cenas ingentes en las que sobran las hallacas, el pan de jamón y el ponche crema, y con villancicos y de gaitas que musicalizan la mayoría de las reuniones en esta época. Para muchas personas, sin embargo, diciembre no es precisamente sinónimo de alegría, sino un mes en el que se exaltan los sentimientos de tristeza y que se cubre de nostalgia por recordar a aquellas personas con las que se tuvo un vínculo especial y ya no los acompañan físicamente. En épocas festivas, la pérdida de un padre, de una madre, hermana, de un familiar o amigo cercano es más sentida, porque se recuerdan los momentos especiales vividos con esas personas y eso hace que pierdan el brillo fechas como cumpleaños o celebraciones como Nochebuena y la llegada del Año Nuevo. La psicóloga Silvia Jongh Beyer considera que ninguna persona puede escapar del duelo, menos durante estas fechas, y por eso es necesario tener en cuenta que el primer año de ausencia va a ser difícil. "Es importante entender que no va a ser una Navidad como cualquier otra, porque escapar de la realidad tampoco es sano. Tampoco llegar a los extremos, la idea no es encerrarse o cancelar la celebración. Lo mejor es que haya un equilibrio. Quizá no montas el arbolito ni haces hallacas, pero sí te comes una hecha por otra persona", señala. La psiquiatra María Orlandi de España coincide con Beyer y expresa...

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