Está prohibido o no se puede

Si por algo se caracte-riza el lenguaje de este gobierno es por la ramplonería ¡No me la calo¡, dice Maduro. Una cosa es acercarse al pueblo y otra no poder superar el laberinto que implica el escoger las palabras necesarias para completar un discurso ¡No me la calo!, dice Cabello. Todo suena peor cuando se habla de reprimir a las amas de casa que hacen cola en los supermercados ¡No me lo calo!, dice Jaua y la advertencia se convierte en amenaza y está en violación abierta de los derechos humanos cuando baja a los cuerpos policiales, que ya sabemos que no andan con miramientos y no se la calan. Actúan como el famoso teniente Calley de Vietnam que aniquiló a todo un pueblo de mujeres y niños los hombres estaban en la guerra... y cuando fue sometido a investigación se limitó a decir: ¡a mi no me hablaron de sexo ni de edad, solo de comunistas!. Aquí no se habla de estudiantes o de ciudadanos, solo de guarimberos y golpistas.El escritor cubano Leonardo Padura, reproduce, en su libro Herejes , un párrafo de El siglo de las luces , de Alejo Carpentier, publicado en 1962 el revolucionario francés Víctor Hughes, introduce en la América caribeña del siglo XVIII no solo las ideas de la ilustración sino también el terror, la muerte y la traición: Solo el mar era puerta y esa puerta estaba cerrada con enormes llaves de papel que eran las peores. Asistíase en esta época a una universal multiplicación de papeles...

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