Prosa para evitar el naufragio

C omo si el pensamiento fuese una masa líquida que durante mucho tiempo hubiese per manecido en aparente reposo, embutido en un envase que apenas logra contenerlo; y un día ocurre que el contenedor se agrieta y alcanza el punto de fractura presionado por el anhelo irrevocable del pensamiento de salir afuera; y en el instante del rompimiento, que es casi inaudible porque quizás ha vivido sobrevivido rodeado de un espeso silencio un silencio al que se han ido sumando otros silencios hasta formar una muralla de capas sucesivas, de manera que ningún grito pueda atravesarla, apenas se produce el contacto con el aire del mundo con el oxígeno que acoge a todo pensamiento cuando finalmente se torna palabra escrita, la escritura se desborda y agolpa hacia el lector. Eso sí: no grita. No se agota en un estallido.Desparrama su eco ancho y largo. Quiere ser oída. Palmo a palmo.¿Qué fuerza ha roto el silen cio? El declive, la certidumbre de que la muerte se aproxima.Porque la voz que habla en Pa ra siempre es la del último tre cho. La que ajusta cuentas. Voz que rumia, que ya no busca el sentido con la mirada puesta en el horizonte, sino que vuelve su cuello hacia atrás, a la caza de lo ya transcurrido. Voz que ha convertido el tiempo en el más interno de sus sentidos.Voz que presiente que hay que decir, todo cuanto sea posible, antes de que los días se escapen sin remedio.Para siempre es un monólo go. Un largo, grávido y circular monólogo de un hombre que regresa a la casa de su infancia el lugar donde su vida adquirió su opacidad insalvable, y una vez que llega y la mira bajo el peso de una tarde de verano, y se dice aquí estoy, como quien confiesa que hay hechos que no admiten la ilusión de la sorpresa porque ellos son lo inevitable, este hombre, más que a unas paredes que son el refl ejo de su propio deterioro, regresa para hacer posible que sus recuerdos sean. Regresa para que sus pensamientos emerjan a la superficie. Porque ante el presentimiento de la retirada última, sorteando las trampas de su propia fatiga, Paulihno, así se llama la voz creada por Vergílio Ferreira, asume que prepararse para morir consiste en recordar.Perturbadora poética He buscado en...

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