PSUV descalifica a sus adversarios porque carece de argumentos

En la plenaria de la Asamblea Nacional del 14 de junio se aprobó un permiso para que el presidente Hugo Chávez pueda estar en Cuba por tiempo indefinido hasta superar sus problemas de salud.

En su intervención, María Corina Machado (Independiente) condenó que el jefe de Estado gobierne desde otro país.

La respuesta del PSUV estuvo a cargo de Iris Varela: "Yo sólo he escuchado a dos personas hablar tantas estupideces concentradas en un solo tema: al gobernador César Pérez (Copei) y a la señora María Machado. María Machado, ¿dónde está tu análisis sobre la inconstitucionalidad de la salida del Presidente? Llegas aquí a montar un show que nadie compra y, de paso, no pidas que te acerquen las cámaras porque se te ven las patas de gallo, te hace falta bótox, una cirugía estética".

La estrategia de la descalificación del adversario no es nueva en el actual Gobierno, tampoco es original. De hecho, es parte de los principios de la propaganda desarrollados por Joseph Goebbels para el régimen nazi y fue aplicado por los hermanos Castro a su llegada al poder en Cuba. Destacan dos postulados de esa guía: la transposición (cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque) y el silenciamiento (acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, con la ayuda de medios de comunicación afines).

Ángel del Cerro, productor y escritor de televisión cubanovenezolano, dijo que el oficialismo cae en el insulto porque no tiene argumentos para refutar los temas que se le plantean: "Descalifican a la persona en lo moral y centran la discusión sobre si el otro engaña al marido y cosas así, mas no sobre las ideas. Lo que buscan es que la gran masa se enfrasque en esas manifestaciones. Es una técnica comunista y fascista".

Recordó que en el caso cubano, la descalificación del adversario comenzó entre 1960 y 1961 con un mecanismo llamado La Coletilla: un desmentido o aclaratoria que se publicaba debajo de todas las informaciones que los sindicatos radicales fidelistas consideraban contrarrevolucionarias.

Su difusión comenzó siendo potestativa de los periódicos, pero luego se convirtió en una obligación so pena de salir de circulación. La Coletilla también se usó en radio y televisión en un segmento de 10 ó 15 minutos después de cada programa de opinión o informativo. Allí los sindicatos debatían sobre los conceptos, noticias u opiniones transmitidas.

"Primero...

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