Sí se pudo

El trabajo de todo un proceso se resumía en un encuentro. Sen cillo: Ganar en ca sa ante un Poliedro de Caracas a reventar y estar a un paso de la segunda ronda, o ir a dormir con la presión en la almohada para el siguiente día. La primera fue la opción pa ra Venezuela. A su estilo, con Greivis Vásquez, el actor principal del rodaje, no decepcionando en su rol de figura, con Héctor Romero como intérprete del papel del trabajo sucio en los tableros, y con el dulce sabor de una victoria 71 por 69 sobre Nigeria en el Preolímpico de Caracas, la fiesta que se armó para ver sonreír a esta selección. El rival fue duro, como era de esperarse. Venezuela se encontró con una muralla en los tableros, con un equipo que no pecó en el balance defensivo y evitó el contragolpe, y con un contrincante enfocado en sorprender al anfitrión. En el juego hubo impa ciencia. Tuvimos que manejar emociones. Fíjense, ver un Poliedro lleno. Pero se jugó la mejor defensa que le he visto a un equipo venezolano, destacó Vásquez en la rueda de prensa tras el choque. El caraqueño no cabía en su propia felicidad. Sabía que había hecho el partido que tanto había imaginado. Por eso, con cada cesta de los 24 puntos que anotó, celebraba moviendo su cuerpo, su distintivo estilo, amado por unos, odiados por otros. Yo si no juego así no juego bien. Esa es mi gasolina. Eso no es ninguna falta de respe to, son mis ganas, mi pasión, aseguró el NBA. Duro final. Venezuela...

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