Esto se pudrió

Nos rasgamos las vestiduras porque el escandalo de Odebretch muestra la cara su cia de nuestra democracia. Y el presidente Santos, quizás el corruptor de instituciones más grande que ha tenido Colombia, saca pecho con el descaro al que ya nos tiene acostumbrados. Seis años comprando al Congreso, a las Cortes y a los medios y ahora se acuerda de la corrupción. ¡Qué desfachatez! Pero quedarnos en quien es culpable de qué es perder de vista que el fondo de la corrupción es que es sistémica y necesita de unos cambios estructurales en el Estado para poder meterle diente en serio a este tema. Lo primero es reconocer que la política se corrompió y hoy es un negocio. Y de paso, ese negocio corrompió la Justicia y la Fiscalía. Los grandes responsables de la corrupción son dos: los partidos y la gran mayoría de congresistas que lo que tocan lo corrompen.En el Congreso negociar un apoyo o un debate vale la plata, ahora lo llaman mermelada y antes era los auxilios parlamentarios o cupos indicativos que se inventó Juan Manuel Santos de ministro de Hacienda. En la Justicia una acusación en la Fiscalía o una absolución en una Corte vale plata. Y ganar una alcaldía, una gobernación o la Presidencia va de la mano de apoyos de contratistas que después esperan su retribución en contratos. Lo mismo sucede en Concejos y en Asambleas. El sistema está podrido.Hace 26 años se expidió una nueva Constitución para acabar con esas prácticas políticas corruptas. Y la verdad en esta década y media todo empeoró.El Congreso no cambió y por el contrario corrompió a la Justicia. Hoy los magistrados y fiscales además de procuradores y contralores están en la cama con los políticos que les nombran parientes. El negocio burocrático que hay entre congresistas y operadores judiciales es una verdadera vergüenza. Para nadie es un secreto que las fiscalías, las contralorías y las procuradurías regionales tienen dueño político. Esa es la razón fundamental por la que no funcionan ni combaten la corrupción. El Ejecutivo tampoco está exento de responsabilidad pues participó de este festín burocrático. Y con Samper y Santos el negocio de compra de congresistas y operadores judiciales se expandió. Por eso necesitamos enfrentar la corrupción...

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