El pueblo firme en la calle

En cada una de las etapas estelares de nuestra historia se ha invocado al pueblo con el objeto de convertir lo en protagonista del hecho que se refiere en términos entusiastas y que, por consiguiente, se debe conmemorar. No hay hazaña sin pueblo, no hay gesta sin la participación decisiva de las masas, se ha dicho hasta la saciedad. No se repite una mentira, desde luego, pero se acude a una verdad a medias. Los grandes movimientos de la historia dependen de una base social, sin la cual carecen de posibilidades de crecer y de establecerse con fundamento. No hay dudas al respecto, pero habitualmente exageramos cuando sacamos las cuentas de las victorias que han dependido de la actividad de un número incalculable de personas a quienes incumbe el fenómeno que se está desarrollando mientras ellas viven.Así como las gentes comunes se sienten concernidas por un suceso que ocurre en su entorno, no deja de ser habitual que muestren indiferencia ante determinados hechos, pese al tamaño de su estatura. Son más los fenómenos que se han visto desde la orilla del camino, sin meter las narices en su desarrollo, que aquellos empujados por una determinación indiscutible de las multitudes. ¿Por qué? La indiferencia o la pasividad pueden depender de numerosos factores, como el miedo, las sospechas que producen los líderes, la falta de información y las metas que el movimiento se ha propuesto, capaces de provocar una carga de cavilaciones con sustento. Se pueden agregar otras motivaciones en torno a las distancias que toman o han podido tomar las sociedades frente a un fenómeno político, o ante la invitación que un conjunto de individuos les hacen, pero las mencionadas sirven para ilustrar el punto.Eso del bravo pueblo dispuesto a dejar su huella en los anales gloriosos de la historia puede figurar en el principio de la lista de las explicaciones más socorridas, pero también más exageradas.En Venezuela ejemplos sobre el asunto tenemos de sobra, que se remontan a los orígenes de la Independencia, de esa gesta que, de acuerdo con lo que proclamamos en los fiestas patrias, fue obra de una masiva y portentosa reunión de voluntades. En los sucesos del 19 de Abril de 1810 no participó el pueblo, por más que nos empeñemos en colocarlo dentro de la escena. La gente no se enteró de lo que pasaba, o se limitó a...

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