De puerta en puerta

Cuando en Venezuela suceden eventos como el pautado para hoy, salen a relucir el ter cermundismo institucional y la hipocresía de las autoridades.Tercermundismo, porque en una sociedad moderna el sufragio no debería ser pretexto para movilizaciones castrenses; hipocresía, porque el árbitro, al fijar parámetros de ecuanimidad, hace alardes de una imparcialidad que está muy lejos de practicar. Ello compele a quienes en estas páginas y en otros medios expresan su opinión, a contenerse ante el ¡mida sus palabras o aténgase a las consecuencias! de una rectoría electoral tutelada por militares. Y los condenaría a divagar, por ejemplo, sobre el equilibrio de los líquidos y el peso de la masa del aire según Pascal y la raíz cuadrada del principio de razón suficiente en Schopenhauer; o, gajes del oficio, a comentar que, bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud, se celebra este domingo el Día Mundial del Lavado de Manos, festejo que nada tiene que ver con Poncio Pilato o Pilatos, aunque podría motivar a algún desaprensivo ciudadano ¿? a emular al prefecto de Judea para enjuagarse los dedos sin haberlos entintados en la mesa de votación. Con un «me lavo las manos como Pilatos» justificaría su desatención al contrato social y su renuncia a un derecho inalienable. En lo que a mí respecta, no pretendo dictar cátedra de moral y cívica, pues, los hermeneutas oficiales tienen una muy particular manera de interpretar textos que no comprenden, y corre uno el riesgo de ser sancionado por transgredir disposiciones que, violando el derecho del individuo de expresar libremente sus ideas, imponen cauteloso silencio sobre simpa tías y antipatías políticas mientras se desarrolla la jornada comicial. Dejemos a los incombustibles compatriotas encerrados en las cuatro paredes de su egocentrismo y llamemos a otras puertas. Que de puerta en puerta nos vamos.En una de las tantas tontope dias virtuales en las que abrevan internautas de ignaro saber, leo una desangelada definición de puerta que la despoja de magia y misterio: «Elemento que sirve para separar estancias, facilitando tanto su aislamiento como el acceso entre ellas». ¡Qué simplismo! Nada se dice de su condición de enlace con ámbitos desconocidos. Evoco las míticas ciudades amuralladas que Marco Polo, fabula Ítalo Calvino, describía para asombro de Kublai Kan, emperador de los tártaros, cuyas colosales puertas eran asediadas por comerciantes, juglares y aventureros atraídos por lo que se contaba...

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