Por la puerta de servicio

Con la entrega de premios, la emoción, los aplausos e inevitables palabras de sus organizadores fue clausurado el festival. El gobernador y la primera dama agasajaron en la casa de gobierno a un selecto grupo de invitados. Levantada sobre una colina, la mansión colonial dominaba todo el verdor del valle. En el amplio patio central estaba la mesa principal en la que el mandatario y su esposa compartirían con las autoridades del festival, y, alrededor, las otras mesas vestidas con fina elegancia. El murmullo de las conversaciones era una música que agregaba alegría a la reunión mientras un pequeño y bien entrenado ejército de mesoneros escanciaba el vino y servía el whisky, lo que contribuyó a destrabar cualquier inhibición porque muy pronto los invitados desanudaron los lazos del protocolo: gesticulaban y acechaban a los mesoneros. Se tranquilizaron un poco cuando llamaron a cenar; se sentaron a la mesa y los mismos mesoneros de los tragos comenzaron a llevar y traer unos platos de exquisita elaboración. Por ser invitados de honor, Belén y yo estábamos sentados en la mesa del gobernador y lo escuchábamos disertar sobre sus responsabilidades políticas y de gobierno a la vez que se refería con mucho orgullo a las manifestaciones culturales de la región.Desde mi asiento podía ver un improvisado escenario dotado de un precario sistema de iluminación, y mientras escuchaba la disertación del gobernador, me estremecí al pensar que aquel agasajo podría culminar con un acto cultural y de solo imaginar al conjunto de música local o algún declamador me puse tan nervioso que me serví yo mismo de la botella de whisky un trago triple como veía hacerlo en Caracas a un amigo mío buen poeta y formidable bebedor. Cuando pregunté al gobernador sobre el uso del escenario me dijo con cierta presunción: Amigo Izaguirre, me va a llamar mentiroso si le digo que usted no ha visto nunca un grupo de danza tan maravilloso como el que se va a presentar allí.Al rato, comenzaron a apa recer los bailarines en aquel escenario...

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