Puntos ciegos

La estruendosa derrota en las elecciones regionales es una doble derrota: la de la MUD que articuló esa política a pesar de las prevenciones que se le plantearon; y también una derrota para el país democrático más allá de ese grupo dirigente que dispuesto a votar o no, recibió el mazazo de un descalabro que ni buscó ni merece. En los próximos días es cribiré sobre la catástrofe electoral; hoy quiero centrarme en la forma en la cual los dirigentes de la MUD tratan a los ciudadanos. Fue una ilusión óptica fatal.Durante mucho tiempo la ciudadanía democrática siguió las directrices de la MUD.Si había que votar en las elecciones de 2015, millones salieron a hacerlo. Si se tenía que respaldar la Asamblea Nacional y los desafíos lenguaraces de su presidente, Henry Ra mos Allup; allí estaba la opinión pública opositora para respaldarlo. Que la cosa era con el referéndum revocatorio presidencial: millones se hicieron presentes con sus firmas para exigirlo. Luego fue la consulta del 16 de julio y se obtuvo la misma clamorosa respuesta. Que se trataba de protestar en la calle, cientos de miles salieron. Que marchar, se marcha. Que trancar, se tranca. Que hacer huelgas parciales, se hacían. Tanta in fluencia tuvieron los dirigentes que muchos arriesgaron sus vidas y las perdieron, muchos su libertad y la perdieron, millones su relativa tranquilidad y la perdieron.No era que los jefes partidis tas tenían a Dios agarrado por la chiva, sino que...

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