¿Y qué más pasó...?

Siria, Ucrania, Gaza, Irak, ISIL, ébola. La lista es larga. Pero durante el trágico verano de 2014 han ocurrido otros eventos que, si bien atrajeron menos atención, podrían ser tan importantes como las noticias que dominaron pantallas y periódicos. Algunos de ellos son cambios inesperados, mientras que otros revelan tendencias que, de mantenerse, tendrán grandes consecuencias.1 Cayó el precio del petróleo. Este verano llegó a su nivel más bajo en un año. Los precios siempre oscilan y esto no tiene nada de especial. Excepto que esta caída ocurre cuando los precios del crudo deberían estar por las nubes. Las guerras en Oriente Medio y en Ucrania y las severas sanciones a Rusia deberían haberlos hecho subir. Pero no fue así. Estados Unidos vive una revolución energética que lo ha convertido en el principal productor de petróleo del mundo superando a Arabia Saudita y Rusia. Gracias al aumento de la producción en Estados Unidos, en julio se alcanzó el mayor volumen de crudo producido en el mundo desde 1987. Por otro lado, la anémica actividad económica mundial no genera tanta demanda de energía como antes. Así, la combinación de más oferta y menos demanda empuja los precios hacia abajo. Este verano vimos una clara manifestación de este incipiente nuevo orden energético. Si estas tendencias se mantienen, cambiarán el mundo.2 La peor sequía en 106 años. El oeste de Estados Unidos, México y Centro América llevan tres años con muy poca lluvia y este verano la situación se hizo crítica. 60% del territorio de California fue declarado zona de sequía excepcional, la categoría más extrema. Con el volumen de agua que se perdió por falta de lluvia y de nieve se podría anegar con una capa de 10 centímetros de agua el área que va de las Montañas Rocosas a la costa del Pacífico estadounidense. El verano estuvo plagado de accidentes climáticos extremos.3 El frenazo económico europeo. Este verano se confirmó que la lenta recuperación de las economías europeas se ha detenido. Nos enteramos de que durante la primera mitad del año, la actividad económica se redujo en Alemania e Italia y se estancó en Francia. No todas las noticias fueron malas. En España la economía sigue creciendo y el Banco Central Europeo ha tomado agresivas medidas para estimular las economías de la Eurozona. Pero, lamentablemente, este verano reapareció en Europa el fantasma de la deflación: una caída crónica del nivel de precios que al combinarse con altos niveles de endeudamiento resulta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR