¿Para qué sirve una Constituyente?

Hágase la luz, y la luz de hizo. Desde entonces, la humanidad cree que basta nombrar un deseo para que el sueño, por muy sueño que sea, se haga realidad.Según el género del crédulo creyente, el amor de la mujer o del hombre amado. O el éxito en algún otro empeño igual de extraordinario, como ganar el primer premio de una sustanciosa lotería. Metas a las que en esta dura Venezuela de nuestro tiempo habría que añadir la convocatoria de una Asamblea Constituyente.Ahora bien, ¿para qué sirve al canzar la cima de esta suerte de Monte Carmelo criollo? Según algunos de sus promotores, la Constituyente serviría para cambiar las instituciones. Según otros, para cambiar de gobierno. Nadie se refiere, sin embargo, al hecho de que para cambiar de gobierno y de instituciones, primero hay que cambiar de régimen. Y sólo luego convocar una Constituyente.Hace un cuarto de siglo, cuando la llamada IV República agonizaba, muchas voces, procedentes de los más diversos recovecos del espectro ideológico nacional, reclamaban la convocatoria de una Constituyente, recurso más o menos desesperado para devolverle la vida a la moribunda democracia venezolana. Situación que, incluso, durante una visita oficial de Carlos Andrés Pérez a Bogotá en 1991, llevó al presidente César Gaviria a hablarnos de su sa tisfacción por haber convocado una Constituyente como utilísimo recurso para liberar las tensiones que crispaban el aire que se respiraba entonces en el país y unificar así a los colombianos.Enseguida le recomendó a Pérez hacer otro tanto en Venezuela para intentar cerrar la brecha social abierta por el Caracazo y por la política económica de su gobierno. De haber escuchado Pérez el consejo, probablemente no se hubiera producido la intentona golpista del 4 de febrero, ni padeceríamos en la actualidad sus enmarañadas consecuencias.No obstante, a pesar de todos los pesares, o precisamente gracias a ellos, la Constituyente, negada a principios de los noventa, finalmente logró plantarse en el centro del universo político venezolano como estandarte de la campaña electoral de Hugo Chávez en los comicios de 1998.Aunque ya no como expediente de última momento para enderezar el rumbo de un régimen en peligro de zozobrar, sino como instrumento revolucionario para implantar otro, diametralmente opuesto.Esta es la primera lección que debemos tener en cuenta al debatir sobre esta cuestión: una Constituyente sirve para salvar un sistema político...

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