Queremos saber si está vivo o muerto porque la incertidumbre nos mata

Al margen de la situación en el país, varias familias viven su propio drama por la desaparición de un ser querido y porque nadie les da respuestas que les permitan conocer la suerte de esa persona. Desde su casa en El Paraíso, Carlos Molero y Lucrecia León de Molero recuerdan que han pasado casi 11 años sin obtener respuestas de la policía sobre el paradero de Carlos José Molero León, el mayor de sus 3 hijos y el único varón. El joven era conocido y apreciado en el ambiente nocturno de Caracas, pero también trabajó en Maracay, Valencia y Maracaibo. Laboraba en el área de seguridad en discotecas, y su último trabajo fue en Macaracuay. Cuando desapareció tenía 26 años de edad. Hasta las 6:00 pm del 25 de febrero de 2002, todo transcurría normalmente en la casa de los Molero León, de donde Carlos José salió. Media ho ra después llamó a su mamá y le dijo que lo habían detenido unos hombres que vestían uniformes como los de la Guardia Nacional porque estaba solicitado por una riña. También le contó que había sido apresado en Chacaíto, hacia donde se dirigía, a las 5:00 pm. Su madre cree que a su hijo lo capturaron en la calle donde viven. Recibieron una segunda lla mada de Carlos José a las 10:00 pm, y les contó que estaba de regreso en Caracas, que bajó a La Guaira y subió escoltado, pero la familia se quedó esperan do. Desde entonces, todo cambió en sus vidas. Llevaba en los bolsillos 10 bolívares, sus documentos de identidad y su pistola Glock calibre .40 con su porte de arma. Conducía el Plymoth Valiant de su mamá, que no ha sido localizado. La incertidumbre. Esa noche, los padres de Carlos José se trasladaron...

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