Lo que quieren los consumidores chinos

Apple invade China. Hay un local de Starbucks en casi todas las principales esquinas de las ciudades costeras del país y más allá. Desde Nike a Buick y Siemens, los chinos prefieren las marcas occidentales sobre las locales. El ascenso de los microblogueros, la popularidad de los grupos de rock y hasta un nuevo interés por la Navidad parecen indicar una creciente occidentalización. Pero no se deje engañar por las apariencias. Los consumidores chinos no se están occidentalizando. Son cada vez más modernos e internacionales, pero siguen siendo distintivamente chinos. Si he aprendido algo en mis 20 años como ejecutivo en la industria de la publicidad en China, es que las marcas occidentales exitosas son las que logran presentarse como globales en lugar de extranjeras. Entender la cultura de consu mo de China es un buen punto de partida para comprender el país en sí, en su carrera por alcanzar estatus de superpotencia. Aunque su economía y sociedad evolucionan rápidamente, la cultura subyacente no ha experimentado grandes cambios a lo largo de miles de años. China es una sociedad confuciana, una combinación quijotesca de un patriarcado vertical y una movilidad ascendente. Los ciudadanos se debaten constantemente entre sobresalir y encajar, entre la ambición y la disciplina. No poseen una identidad fuera de sus obligaciones con otras personas y los reconocimientos que reciben de ellas. El clan y la nación son los eternos pilares de la identidad. El individualismo occidental, la idea de definirse a uno mismo independiente de la sociedad, no existe. Es más, la expresión indivi dual es en general mal vista y el reconocimiento social sigue sien do sinónimo del éxito. Quienes estudian humanidades son considerados inferiores a los que se gradúan con carreras de ingeniería o contabilidad. Pocos se animan a visitar a un psicólogo por temor a perder el respeto o la deferencia de otros, o a que los cataloguen de enfermos. No tener hijos es una decepción grave. La velocidad con la que los chinos han acogido la tecnología digital es una señal de que las cosas están en movimiento. Pero el comercio electrónico, que ha cambiado el equilibrio de poder entre minoristas y consumidores, no despegó hasta que los chinos recibieron las garantías que exigían. Incluso cuando las transacciones se inician en Internet, la mayoría de las compras se completan en persona, luego de que los consumidores examinan el producto y pagan en efectivo. Redes sociales como Sina Weibo...

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