La rara convivencia de Hergé y Hollywood

Por segunda vez en el agonizante año, Hollywood se apropia de la obra más querida de un caricaturista belga que no necesitó de un apellido para ser universal y que no vive para dar su visto bueno: primero Los Pitufos de Peyo el seudónimo de Pierre Culliford, 1928-1992 y luego Las aventuras de Tintín de Hergé como pasó a la historia Georges Remi, 1907-1983. Por segunda vez, también, chocan concepciones de ver el mundo: la cultura dominante de una superpotencia y la sutileza europea, tan contrastantes como el territorio de Estados Unidos y el 300 veces más pequeño de Bélgica. Steven Spielberg, un ex boy scout de origen judío que como muchos niños estadounidenses creció sin saber de la existencia de Tintín y su perro Milou, planificó desde hace tres décadas una adaptación de la obra inmortal de Hergé, otro ex boy scout que durante un breve período de su vida trabajó bajo las órdenes de los ocupantes nazis de Bélgica y hasta publicó un cómic ligeramente antisemita del joven reportero del copete pelirrojo, cuyo contenido ofensivo eliminó después de la Segunda Guerra Mundial. El director estadounidense se aproximó después de viejo a Tintín cuando la prensa francesa comparó a Indiana Jones en su película Los cazadores del arca perdida 1981 con las ingeniosas investigaciones de misterios que emprende el personaje de Hergé. El dibujante belga murió justo en la semana de 1983 en la que Spielberg planificaba conocerlo en...

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