Rawayana Madurez y buena onda

Rawayana dio pasos agigantados mientras aprendía a gatear. Licencia para ser libre 2011, disco cargado de hits como Gatos oliva y Algo distinto, le abrió puertas a una banda que rápidamente comenzó a compartir tarima con sus ídolos. En el segundo trabajo, que será presentado mañana en el Centro Cultural BOD-Corp Banca, logró una tarea difícil: crecer conceptualmente sin sacrificar la frescura del principiante.En algún momento, el cuarte to se planteó la idea de grabar dos álbumes de corta duración como si se tratara de las caras de una misma moneda. Al final, todo se integró en Rawayana land : una primera fase produ cida en Caracas por Rafael Greco, saxofonista, integrante de Guaco y miembro del cuarteto que grabó el disco En El Cerrito del cuatrista Jorge Glem; y una segunda, en colaboración con José Luis Cheo Pardo, guitarrista de Los Amigos Invisibles, grabada en Nueva York.La diferencia con respecto al primer álbum es grande. Ya no somos los chamos que se metieron en un estudio a grabar un disco, sino artistas que se quieren dedicar a esto toda la vida, declaró Beto Montenegro, vocalista y guitarrista de la agrupación: El éxito nos ha hecho evolucionar musicalmente.Creo que, como todas las cosas que uno hace por amor y con pasión, la música tiene que ser natural. A nosotros nos gusta reírnos de nosotros mismos en nuestras canciones. Estamos en un momento en el que queremos seguir echando broma, pero nos esforzamos para alcanzar metas.La producción va más allá del reggae, aunque el género de raíz jamaiquina sigue siendo el punto de partida de Rawayana. Por ejemplo, en Ay ay ay, canción que navega las emisoras radiales en la actualidad, exploraron el funk y el son cubano desde...

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