La regaladera sigue

Seguir regalando en el exterior dinero de los venezolanos como herramienta de promoción política es tan inmoral como ser corrupto. Los perjudicados son los ciudadanos y especialmente los más pobres. Es un abuso que, en nombre de la solidaridad internacional, en estos tiempos de crisis y de tantas carencias el gobierno de Nicolás Maduro siga con una política de ayuda a zonas deprimidas de países desarrollados como el Bronx en Nueva York o países del Caribe cuyo ingreso per cápita es muchas veces superior al de los venezolanos.Esa cooperación es ética mente irresponsable e irrita profundamente a los venezolanos, que no pueden entender por qué se sigue despilfarrando. La cooperación se brinda en tiempos de abundancia.Donar 5 millones de dólares a África para combatir el ébola es un despropósito. En primer lugar, si se quiere ser internacionalmente consecuente, pague sus cuotas a los organismos internacionales responsables, como, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud.El gobierno debe preocuparse primero de las necesidades de su país. Quién les vendería la idea de que un aviso en The New York Times tendría algún beneficio...

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