Relaciones peligrosas

El país hoy son tantos temas que uno puede quedarse horas en blanco frente a la computadora. Es una matemática rara para un escritor: la suma de peripecias desemboca en un largo silencio. El país es una noticia llena de piedras. Y está eso que ahora es tan difícil: la cotidianidad.Ya cualquier martes de nuestra vida tiene rizos épi cos. La mantequilla es un tema de conversación. La desaparición del atún. El aumento en 900% del impuesto de salida del país. La frontera como un triste video juego de guerra. Vaya intoxicación.Entonces uno decide hojear periódicos extranjeros.En el periódico La Vanguardia de Cataluña me topo con una entrevista a Hyeonseo Lee, una corajuda mujer que logró escapar de uno de los distintos nombres que tiene el infi erno en la tierra: Corea del Norte. Hyeonseo Lee acaba de publicar un libro titulado La chica de los siete nombres. Es un libro de memorias. ¿A los 34 años? Pues sí, estamos hablando de una mujer que a sus 17 años decidió escapar del oprobio vivido bajo una de las dictaduras más sórdidas de la historia contemporánea.Su libro, publicado en más de 20 países, es también una cruzada hacia la redención personal. Hyeonseo tardó 15 años en sacar a su familia del país. Su testimonio en TED ha sido visto por cuatro millones y medio de personas. Son doce minutos frente al micrófono donde a cada segundo la voz se le rompe más. Termina siendo un hilo de dolor que narra, que lucha contra el olvido.En la entrevista de prensa, realizada por Lluís Ami guet, la actual activista deja caer frases que me generaron una resonancia perturbadora. El periodista le pregunta qué fue lo peor de vivir bajo el régimen de los Kim. Dice Hyeonseo: Lo más humillante para mí es que, para sobrevivir, tienes que hacerte el idiota. No voy a establecer analogías perversas. Pero veo a mi alrededor el silencio de tantos venezolanos ante la sucesiva violación de derechos humanos, el abismo económico, la atroz corruptela de funcionarios públicos y entiendo que en revolución el silencio tiene sus adjetivos: conveniente, cómplice, idiota.Perdonen la digresión. Sigamos.Nos ilustra Hyeonseo: La dictadura comunista no acabó con las clases sociales, sólo las sustituyó por las suyas. Instauró el songbun, que clasifi ca a las familias según su lealtad original al sistema. Si el abuelo fue un revolucionario que luchó junto al Gran Líder, todos sus descendientes serán ya de la casta privilegiada.La que llaman la única dinastía comunista de la his toria va...

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