Relato de los libros presos

Estoy seguro de que muy pocos lectores conocen la historia de los libros presos. Saben, no lo dudo, que en Venezuela hay políticos, empresarios, jueces, generales presos, la mayoría de ellos sin debido proceso, porque en nuestro país es normal que un deseo del jefe de gobierno se convierta en orden que los jueces deben cumplir aunque violen la ley. Pero la de los libros en cautiverio es otra historia para contar. Se trata de poco más de 35.000 ejemplares ¡! a los que nadie, ni lectores, ni autores ni editores, puede tener acceso porque se hallan arrumados en la oscuridad de los sótanos del edificio Mene Grande, en Caracas, privados de libertad por un crimen que no cometieron. Corresponden aproxima damente 120 títulos, entre los que se encuentran desde hermosos libros artísticos, como Caracas cenital o Fotografía urbana venezolana. 1850-2000, hasta la obra de autores como García Bacca, Liscano, Massiani o Mayz Vallenilla, ya clásicos para los venezolanos; pasando por escritos académicos o crónicas sabrosas sobre temas urbanos, análisis históricopolíticos de conocidos investigadores de nuestras universidades, estudios sobre el arte nacional y latinoamericano, y el trabajo literario de decenas de narradores, poetas y ensayistas, incluidos libros de escritores abiertamente comprometidos con el régimen como Wilfredo Machado, autor de Poética del humo, o el arquitecto Ricardo Menéndez, actual ministro de Ciencia y Tecnología. Junto a las de ellos, firmas históricas, como la del generalísimo Francisco de Miranda, que no podrían molestar a nadie. Hay que resaltar que entre estos volúmenes no hay ni uno solo que se dedique a cuestionar o mostrar las contradicciones profundas de la revolución bolivariana. Entonces, ¿por qué están presos?, se preguntará el lector. Pues allí entra Kafka. No se trata, como po dríamos presumir, de uno más de los actos de censura a los que nos tiene acostumbrados el ministro de Cultura. Tampoco es una acción de la policía política cubana, el Cicpc o el Sebin. No. El carcelero en esta...

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