Reliquias telefónicas se esconden en La Pastora

Gabriel López evita hablar de fechas y números. Prefiere el lenguaje que se basa en la combinación de puntos y rayas, el código Morse. Su pasión son las telecomunicaciones, oficio que comenzó a desarrollar hace "equis años". Tal ha sido el entusiasmo que el piso superior de su residencia en La Pastora no tiene nada que envidiarle a un museo. La colección de aparatos telegráficos y telefónicos de López es considerada la más grande de Venezuela, y quienes lo visitan no tienen dudas de que así es. Las hileras de teléfonos de varias épocas, colores y materiales forman pasillos, así como los sonantes, llaves y relevos que forman la unidad de un telégrafo. Pese a que el polvo ha cubierto los objetos, la mayoría funciona, asegura López: "Por eso son intocables". López, también conocido como "Apá", en la adolescencia dejó su Barquisimeto natal para estudiar en la Escuela de Radiotelegrafía, en Caracas. Sus andanzas lo llevaron a participar en la Segunda Guerra Mundial. Un cuadro colocado junto a los aparatos telegráficos da testimonio de su paso como telegrafista por el buque-tanque Esso Ávila, en un recorrido por las Antillas. "Un ingeniero se presentó en la escuela y yo acababa de graduarme. Nos dijo que conoceríamos Cuba, Curazao y Miami, y yo fui el primero en levantar la mano como voluntario. Zarpamos de La Guaira, pero en los ocho o diez días que pasé allí sentí la muerte por primera vez, y no conocimos nada porque no nos dejaban bajar del barco. En Florida recibí un mensaje que decía que debíamos regresar porque la guerra se había puesto peligrosa. Enseguida retornamos, me bajé del buque y no quise volver", narró. Antiguos y particulares. La vida profesional de López estuvo ligada al Ministerio de Comunicaciones, factor determinante en la cantidad de equipos que posee, aunque desconoce el número exacto. "Un inventario, ¿para qué? El día que me muera pasa un camión del aseo urbano y se los lleva", bromeó. Esta colección privada incluye cajas de resonancia de telégrafos, centrales de telefonía "que no existen ahora", teléfonos especiales a prueba de agua, de madera, magnéticos ¬que no tienen teclas para marcar, sino que se comunicaban directamente con la central¬, de monedas y automáticos. "Yo no digo de qué año son ni cuál es el más antiguo porque a lo mejor este ¬ levanta un teléfono negro¬ existía en 1900 en Italia, pero en Alemania ya estaba desde 1895". La muestra incluye algunos ejemplares particulares. "No me gusta decirlo porque la...

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