Relojes caros, sueldos bajos y dentadura postiza

El protector del estado Miranda, Elías Jaua, gana como ministro 1,6 salarios mínimos: 11.000 bolívares y después de entregarle el sobre con sus estipendios a la nana que le cuida a los hijos y le carga el revólver Smith y Wesson, del especial, apenas le queda dinero para 2 pollitos y 2 kilos de caraotas. Sin embargo, con la magia del so cialismo y los menesteres del proceso, puede lucir como un dandi, renovar la dentadura y conseguir gel para peinarse como cuando salía del baño del Aula Magna bañadito después de una intensa jornada de jueves encapuchado.Es un gran ahorro para su dis minuido presupuesto que desde sus tiempos estudiantiles tenga por ley no consumir hamburguesas de ninguna marca, incluidas las bombas que preparan en la calle del hambre y los criollos choripanes. Con la hiperinflación y el deterioro progresivo y acumulado de los puntos de ventas, junto con la no aceptación de cheques, obligan a llenar la maleta de billetes para poder pagar un par de combos y tres cajitas felices, pero su arte debe ser más complejo, no simple exclusión del negocio de los Arcos Dorados que de manera tan sexy anuncia Maripili.El protector de Miranda, que casi equivale al título de vene rable, ha resultado a la sombra de los manualitos de Marta Harnecker y los textos de corta y pega de J. R. Núñez Tenorio un verdadero Tomás Sánchez de las finanzas, un mago. Como este raudo amigo de Jorge Giordani, Jaua, ayudado...

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