Repensar el crecimiento

La macroeconomía moderna parece tratar el crecimiento económico rápido y estable como el fin último de la política económica. Esta meta es objeto de debates políticos, discusiones en bancos centrales y titulares de primera página. Pero, ¿tiene sentido que el crecimiento sea el principal objetivo social a perpetuidad, como lo establecen los libros de texto? Ciertamente, muchas críticas de las estadísticas económicas corrientes proponen una medida más amplia del bienestar económico como la esperanza de vida, alfabetización, escolarización, acceso a servicios públicos. Semejantes propuestas son el diamante del desarrollo para el Banco Mundial y se incluyen en el Informe de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano y en el de la Comisión auspiciada por Francia sobre la Medida de la Actividad Económica y Progreso Social, presidida por los economistas Joseph Stigilitz, Amartya Sen y Jean Paul Fitoussi. Hay una cierta absurdidad en la obsesión de maximizar a perpetuidad el crecimiento promedio del ingreso y soslayar otras consideraciones. Por ejemplo, si se decide que el ingreso nacional per capita, o alguna otra medida amplia de bienestar, debe crecer 1% anual durante los próximos dos siglos Âtasa registrada en el mundo avanzado recientementeÂ, quiere decir que una generación que nazca 70 años después de ahora disfrutará más o menos el doble del ingreso promedio de hoy. Durante dos siglos, el ingre so crecerá 8 veces. Este lapso se reduciría si suponemos tasas de crecimiento rápidas. Ahora bien, ¿realmente se pre ocupa uno por la velocidad del crecimiento, que tome 100 o 200 años para que el ingreso nacional sea 8 veces el de hoy? ¿No sería mejor preocuparse por la sustentabilidad y durabilidad del crecimiento global? ¿No tendría más sentido mortificarse por la catástrofe y dislocación social que acarrearían los conflictos y el recalentamiento durante las próximas centurias? Incluso, si uno piensa estrecha mente en función de nuestros descendientes, quienes presuntamente aportarán su contribución...

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