La repolitización de las elecciones

Si por un tiempo en la década de los noventa, debido a la aplastante influencia de la ideo logía neoliberal, la identidad de hecho de los programas de las izquierdas y las derechas y algunas insinuaciones posmodernas, se pensó que la política estaba destinada a perder su significación propia, como se podía interpretar de la conversión de los procesos electorales en meros torneos publicitarios y la imposición de la gramática espectacular y trivializadora de la televisión en el discurso político, hoy puede juzgarse, por el contrario, que se está en presencia de una lógica repolitizadora de las elecciones. Esta repolitización de las elecciones, notable en América Latina y particularmente en nuestro país, se puede observar en la tendencia a las declaraciones de principio en el discurso político, la presentación de posiciones doctrinarias con un mínimo de coherencia lógica, que va parejo a la identificación clasista de las posturas políticas. Claro: estamos hablando de discursos propagandísticos, no de discursos académicos o científicos. Cabe esperar una dosis importante de simplificación y apelación manipuladora de las emociones, como se hace desde que Aristóteles decidió legitimar la retórica, y superar el asquito que sentía Platón hacia esta poderosísima técnica de dirección de los humanos. Lo curioso es que esta ten dencia actual a la clarificación discursiva se presenta al mismo tiempo que el uso de los recursos del marketing políticopublicitario. La massmediación de la po lítica se concibió como una especie de grave distorsión, y hasta obstáculo y eclipse de la racionalidad política. En realidad, los medios, presentados como los grandes culpables de esta decadencia, no hacían más que perfeccionar técnicamente unos modos de producción de la subjetividad política que ya venían anticipados por la sistematización de la propaganda política desde, por lo menos, la década de los veinte. Me refiero a las reglas de la propaganda política leninista y nazi-fascistas, que se hallan en los fundamentos de la posterior marketización del discurso político. Todo ya está allí: la regla de la poderosísima repetición...

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