Resentidos

No es fácil decir si el chavismo es expresión sintomática del resentimiento o si el resentimiento es uno de los síntomas de aquel. Lo que sí parece claro y cierto, a juzgar por la evidencia empírica, que ya es histórica, es que el chavismo en sus expresiones conforma un conjunto de signos reveladores de un todo negativo. Es decir: un síndrome. De él participan por igual trastornados, pervertidos, psicópatas y, de manera genérica, hordas de resentidos.Gente con la cual, para decirlo un poco filosóficamente, no se puede.Desde luego que una cosa son los malandros empoderados y otra los pusilánimes de a pie. Los primeros habrán de purgar sus crímenes a bordo de un crucero por el Estigia, que no existe cárcel humana apropiada, y los otros llamémoslos con diplomacia cándidos o cautivos tendrán que reflexionar sobre la inconveniencia de no discernir y creer que alguien igual a ellos puede ser digno de confianza como para entregarle el poder de una nación. De todas formas, unos y otros están conectados por un mismo y único arrebato, el del resentimiento, criminal en los menos y suicida en los demás, aunque siempre detestable.Más de una mente lúcida ha dicho que todos los pueblos tienen el gobierno que se merecen, pero André Malraux quiso ir un poco más allá. No es que tengan el gobierno que se merecen, decía el escritor francés, sino a los gobernan tes que se les parecen. Voilà! Tal pensamiento ayuda a entender por qué, a estas alturas de la guerra de exterminio declarada desde el poder, los exterminadores siguen teniendo a tantos acólitos entre sus propias víctimas: están hermanados en el resentimiento, en la rabia del reconcomio y de ahí no los saca nadie. No se puede.Un resentido es, con ayuda del DLE de la RAE, una persona que se siente maltratada por la sociedad o por la vida en general. Y, por más que la emocionalidad de los resentidos lo niegue, sentirse no es ser. Sentirse agraviado no es haberlo sido en efecto. O, en todo caso, habría que recordar que todos, de alguna u otra manera, hemos sufrido agravios en la sociedad y en la vida en general, pero solo unos cuantos la emprenden contra el mundo para resarcirse. A los ojos de estos pobres perturbados, todo el prójimo es el culpable de sus penas y miserias, lo cual equivale stricto sensu a no tener prójimo. La historia de la humanidad abunda en resentidos que han convertido una rabieta en un holocausto.Por otro lado, sentir sim patía por su propio verdugo, bajo la forma de un gorila...

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