La Resurrección de Gustav Mahler estremeció a creyentes y escépticos

El sábado, Gustavo Dudamel y sus dos familias, como llama a la Sinfónica Simón Bolívar y la Filarmónica de Los Ángeles, cerraron un capítulo memorable en Los Ángeles. Durante tres semanas se pasearon por toda la obra sinfónica de Gustav Mahler. Anoche la película comenzó nuevamente, pero frente a otros espectadores y sobre un nuevo escenario: el Teatro Teresa Carreño. Fue el primero de nueve epi sodios que se estarán celebrando en la sala Ríos Reyna hasta el sábado 18 de febrero. La orquesta venezolana y su director titular abordaron la Sinfo nía Nº 2 en do menor, también conocida como Resurrección, acompañados por la soprano Klara Ek, la mezzosoprano Anna Larsson y el Coro Sinfónico Juvenil Simón Bolívar. Lo que en Estados Unidos se conoció como el Proyecto Mahler, en Venezuela lleva otro nombre: Con Dudamel por la paz. La razón: el acuerdo que estableció el sistema de orquestas con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para que cada actividad de 2012 lleve como premisa mensajes pacifistas. Primero salió el coro y la or questa, que se acomodaron lentamente. Luego, el concertino Alejandro Carreño, quien lideró la afinación. Una vez que se logró el punto deseado, apareció en escena Dudamel que, como es costumbre, fue recibido con aplausos y gritos. La pieza va avanzando desde una atmósfera solemne y rígida hasta evolucionar lentamente hacia episodios sublimes. Esos pasajes, en los que se generó una suerte de diálogo entre el violín de Carreño y la flauta de Katherine Rivas, son efímeros y le abren paso a la oscuridad. Los silencios, que son esen ciales en la primera parte de la obra, fueron entorpecidos. Las sillas chillaban como mecedores antiguos cada vez...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR