Retraso en obras agrava deterioro de El Algodonal

En el Hospital Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi sólo se escucha el bajo del reguetón. No hay llantos de niños y tampoco se oyen martillazos de los obreros que, en teoría, reparan el centro de salud. Unos trabajadores descansan en la entrada del edificio, localizado en el complejo hospitalario José Ignacio Baldó, en El Algodonal. Sin dejar de escuchar música, sólo se inmutan al ver el destello del flash fotográfico en los desolados pasillos. ¿Son de la prensa? ¡Aprovechen, que la ministra no está!, dice uno de ellos al percatarse de que alguien husmea en el lugar. El pediátrico tiene cuatro años en las mismas condiciones: estancado en la anacronía del complejo hospitalario. María Yanes, presidenta de la Sociedad de Médicos Especialistas del centro, recuerda que el edificio fue clausurado en 2007 por problemas de aguas negras con la promesa de unas reparaciones que aún no han comenzado. Detenido en el tiempo. El Algo donal Âque a pesar de 60 años de deterioro, continúa prestando servicio a la población de Antímano está emplazado en un bosque de 16 hectáreas. El Sanatorio Antituberculoso Simón Bolívar se inauguró en 1940. En 1945 fue levantado el hospital pediátrico; el obstétrico Andrés Herrera Vegas llegó después. Nuevas ampliacio nes al Simón Bolívar en 1951 y la adición del ambulatorio César Rodríguez dieron pie para que, en 1974, los 4 centros de patologías pulmonares constituyeran el Hospital General José Ignacio Baldó. Hoy, el centro de salud parece congelado en el tiempo: la falta de mantenimiento y las invasiones en los alrededores lo hacen ver aún más obsoleto. En la fachada del materno no hay pintura, el edificio se...

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