Revancha en el Chaco

En Argentina se selló el pacto de paz entre Bolivia y Paraguay, que terminó con la Guerra del Chaco. Pero allí también se decretó una guerra que involucró a los guaraníes. Fue en Mendoza, en la semifinal de la Copa América 2011, entre la selección paraguaya y la Vinotinto. Una disputa que, por su dramático final, dejó muchas secuelas. En aquella noche fría, Vene zuela sucumbió en penales contra la albirroja después de dominar el partido y estrellar tres disparos en los postes. Con los ánimos aún caldea dos por un choque intenso, el partido tuvo un final abrupto, con guaraníes y llaneros liándose a las manos después de las burlas e insultos paraguayos y las respuestas adoloridas de los venezolanos. Antes, en la fase de grupos, Venezuela había podido empatar con ellos un partido que parecía perdido y los roces de ese juego tuvieron su punto culminante en esa semifinal en Mendoza. Negar que nos afectó salir así de la Copa América sería darle la espalda a lo que pasó esa noche, comentó Salomón Rondón. Para nadie es un secreto que tenemos esa espina clavada, por cómo terminó el partido, y porque pudimos haberlo ganado. Siempre quedó ese rencor de haber salido sin merecerlo, aseguró. César González aseguró que Paraguay esa noche no mereció ganar: Fuimos mejores durante los 120 minutos del partido. Ellos no merecieron ganar, pero así es el fútbol. Ahora vamos para allá, con algo de eso todavía presente. Buscaremos los puntos que nos ayuden a ir al Mundial, pero también sacarnos esa espina. Franklin Lucena, uno de los más afectados después del partido de aquella noche al fallar el...

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