Ricardo David Páez: La fecha 7 me llevó al retiro

Despedirse nunca es fácil. Recoger las cosas que se hallaban en un lugar, y guar darlas para pasar a otro sitio, siempre encierra el matiz nostálgico que envuelve el acto de decir adiós. Y más cuando se tiene mucho tiempo atado a una actividad, que se convierte casi en un habito, por más que tengas que hacerla en distintos lugares del mundo.Hace dos domingos, Ricardo David Páez dio su última función. El concertista del pase entre líneas, el diez de la Vinotinto que revolucionó el fútbol venezolano, entregó su recital final después de pasar por once países con su sinfonía, precisamente en el último partido de la temporada 2013/2014.Un momento en el que confesó, ya de vacaciones en Estados Unidos, se le cruzaron los veintiún años de su carrera en las canchas en un segundo.Cuando vi que me tocaba salir, tuve una mezcla de emociones que aún ahora, días después de que ocurrió, se me hace difícil de digerir, contó el ahora exjugador, quien comenzó su carrera en la ULA Mérida en 1996.No pensé que iba a llorar así, porque me venía preparando para todo esto con tiempo. Pasó por mi cabeza el debut, tantas alegrías con la selección, y lo que estábamos viviendo en ese instante con Mineros, en una final, tratando de remontar un resultado adverso, y el ver que además aún nos faltaba para terminar de voltearlo; todo me hizo como un cortocircuito. Y comencé a llorar. No lo pude evitar. Era una mezcla de tristeza, porque no quería irme perdiendo, pero a la vez de una alegría inmensa, porque siento que tuve una gran carrera, aseguró.Páez Ricardo no estaba segu ro de dar el paso. En enero, el volante confesó que iba a evaluar las cosas mes a mes, y que si al final de la campaña se sentía a gusto con su ritmo de juego, seguiría en las canchas.La jornada 7 cambió todo para mí. Fui uno de los jugadores que asumió un liderazgo dentro del equipo en ese momento, en la decisión de no jugar esa jornada; y el ver que los federativos no nos respetaran a quienes somos el corazón del juego, me afectó, explicó.He visto fútbol en diez países además de Venezuela, y sé cómo se manejan los códigos del juego en otras partes. Lo que pasó aquí me tocó. Lamentablemente, aquí no terminan de respetar al jugador, y eso fue la cereza que se le pone arriba a la torta. Pude quedarme un par de años más, porque me sentía bien físicamente, pero no en estas condiciones, agregó.Páez aseguró que una de las cosas que extrañará más de jugar fútbol todos los domingos, son esas mariposas que...

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