Mérida, una década como cómplice del cine

Hace 10 años, cuando iniciamos el festival, en el país no se veían películas nacionales, re cuerda Karina Gómez, directora de la que se ha convertido en la cita fílmica más importante del país: el Festival de Cine Venezolano . Una década después considera que el éxito alcanzado por el cine nacional se debe a un ejercicio de ensayo y error.Mientras más cine se haga, la gente va a saber qué es lo que más gusta en los festivales.Hace 4 años nos vanagloriábamos de decir que había películas de 1 millón de espectadores, como Hora cero ; hoy en día esa cifra se ha duplicado, dice Gómez. Eso se traduce, agrega, en que ya no es negocio la piratería de películas nacionales porque la gente está yendo al cine para verlas.Mérida será de nuevo el es cenario del festival. Entre el 6 y el 10 de julio, en 7 salas se proyectarán 13 filmes que forman parte de la sección oficial, de los cuales 5 son estrenos y 7 son óperas prima. En esta oportunidad, Chile es el país invitado.Este año competirán por el premio a la Mejor Película Bolívar, el hombre de las dificultades , de Luis Alberto Lamata; El hijo de mi marido , de José Simón Escalona; El regreso , de Patricia Ortega; Esclavo de Dios , de Joel Novoa; Las caras del diablo 2 , de Carlos Malavé; la premiada internacionalmente Pelo malo , de Mariana Rondón; Secreto de confesión , de Henry Rivero y Papita, maní, tostón , de Luis Carlos Hueck.Por primera vez se proyecta rán las cintas Dos de trébol...

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