El rincón de los diseñadores

Totón Sánchez "El marrón es el nuevo negro", enuncia con seguridad el arquitecto Totón Sánchez. Su salón es la representación física y tangible de esta premisa que plantea como un mantra. Para él, la belleza existe en los ambientes monocromáticos, desde los que se trabajan las texturas y la técnica del tono sobre tono. "El espacio se armó progresivamente. Poco a poco fui observando cómo se movía con la gente", explica. Así, el elemento principal de mobiliario lo ocupa un sofá, que por sus líneas limpias y modernas ha incluido en diferentes decoraciones. "Tiene 12 años conmigo. Le he cambiado el forro unas cuatro veces según las necesidades del espacio y el ánimo", dice quien creció apreciando los muebles de Capuy desde la casa paterna. La mezcla de materiales es también una máxima de la estancia. "Me gusta que convivan entre sí el plateado del aluminio, el brillo que aporta una superficie de espejo y la madera como generadora de calidez", enumera. Procuró una iluminación desde el techo, orientada hacia las piezas de arte. "Es importante bañar las paredes y, sobre todo, los planos donde se cuelgan cuadros", explica con voz baja y tímida el creador de esta escenografía que exalta las posibilidades del marrón. Juan Carlos Godayol El saber popular ha profundizado en la idea de que la suma de muebles blancos y niños es una combinación para el desastre. El arquitecto Juan Carlos Godayol posee una sala que demuestra lo contrario: réplicas de un sofá de Le Corbusier y de la silla La Chaise de Eames conviven felizmente con su hijo de cuatro años. "Limitarse en el diseño porque hay niños en casa no debe ser la norma. Hay que enseñarles a apreciarlo", dice el joven experto que definió este espacio en torno a la vista panorámica de la ciudad. El admirador del diseño producido durante el siglo XX colecciona piezas particulares que aportan el "toque de locura" que también caracteriza a su personalidad desenfadada. "El florero gigante, que casi parece un sarcófago, y la lámpara son piezas de Philippe Starck. No puede faltar el Simón Bolívar de porcelana y el mueble de madera Attitude que diseñé yo mismo, y se despliega para convertirse en un bar parrandero", explica entre risas. Tener sentido del humor al decorar es su consigna, aunque recalca en la relevancia de los materiales nobles. "Un ejemplo es este piso de mármol que vino con el edificio. No lo cambié por nada porque agrega muchísima elegancia", dictamina.

Tita Beaufrand Si los muebles de la...

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