El rompimiento

Una vez le comenté a mi tío Miguel Ángel que en Venezuela siempre ha existi do corrupción. Mi tío estiró el brazo con la mano abierta, como sopesando el peso de mi cacareado e inútil argumento, y contestó: También es cierto que la tierra siempre se está moviendo, ajustando sus grietas, dilatándose y encogiéndose. Pero a veces lo hace con la violencia de un terremoto y se caen los edificios.Me tomó tiempo entender su lección. Los efectos de la corrupción, al igual que el de los movimientos telúricos, dependen de su intensidad, duración y la fortaleza de las estructuras afectadas. Después del terremoto de 1967 se revisaron a fondo las normas sísmicas, pero poco se está haciendo para preservar nuestras instituciones, hoy descalabradas por la más expandida de las corrupciones que ha conocido este país. No solo se ha abierto la caja de Pandora, se perdieron hasta las bisagras.Todos coinciden en que la se gunda parte de la palabra corromper viene del latín rumpe re: partir, hacer pedazos. Sobre el prefijo hay dudas. Unos proponen que viene de cor: corazón; otros de con: juntos, globalmente. Prefiero esta segunda opción por ser más operativa. No se refiere tanto al centro del asunto como a la manera en que los hechos ocurren, se entrelazan.Aunque mi primer contacto con la palabra corrupción tuvo que ver con ese corazón que se rompe, popularizado por el famoso proverbio de Chaucer: Es mejor sacar la manzana podrida del montón, que dejarla para que estropee a las buenas. En mi colegio se usaba a mansalva esta máxima para expulsar a alumnos cuyo comportamiento era, en realidad, una consecuencia más que una causa.Señalar al corrupto suele ser la manera de enfrentar lo podrido. Es una salida fácil e hipócrita, pues la palabra corromper nos está echando en cara, desde sus mismos orígenes, que se trata de algo que hacemos recíprocamente y requiere la participación de, al menos, dos personas. Su condición transitiva, bilateral, compartida, es muy distinta a esa suerte de putrefacción aislada señalada por los profesores para evadir sus responsabilidades.Solemos prestarles más aten ción a los corruptos que al sistema en que estos participan.Si la lucha contra la corrupción se limita a la extracción de las manzanas podridas, llegará un momento en que se olvidará incluso el objetivo principal: producir manzanas sabrosas y repartirlas con justicia. Desde...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR