Rubi Guerra: El mal siempre triunfa porque vive en cada uno de nosotros

Dígase de una vez. El hombre que mira a José Antonio Ramos Sucre es Rubi Guerra. Y esto no sólo es un spoiler, sino también una forma de entender la obra del autor nacido en San Tomé en 1958 y, especialmente, el libro que acaba de editarle Lugar Común, La ta rea del testigo. La novela que ganó el Con curso Rufino Blanco Fombona en el año 2006 vuelve a aquellos 3 terribles días de 1930 que duró la agonía del poeta nacido en Cumaná en 1890. La fantasía de Guerra sobre el autor insomne ÂDormir no es una necesidad fisiológica, sino un estado del alma, una virtud, escribe en la novela enfrenta al protagonista con recuerdos, pesadillas, alucinaciones y fantasmas salidos de sus poemas. La idea para el texto de 110 páginas Âque incluye 3 supuestos cuentos de Ramos Sucre, los que ofreció al destinatario de sus cartas, reproducidas en la novela se le ocurrió hace 28 años, cuando se inauguró la Casa Ramos Sucre y Guerra ensayó escribir un drama. El título mismo de la novela alude al escritor que mira al escritor el testigo de la obra del otro, pero vuelve a una idea que Julio Miranda consideraba central en la narrativa venezolana de las últimas décadas del siglo pasado: la imagen del soñante, del hombre que camina entre dormido y despier to por la ciudad. Y, como el centro de una estrella de cinco puntas, el insomnio articula las díadas del sueño y la vigilia, la locura y la muerte, agregándoles el motivo del gólem, propio de la literatura gótica desde la época de E. T. A. Hoffmann y Edgar Allan Poe. ¿Qué dificultades supuso trabajar la figura del poeta? ÂMuchas. La primera, el pru rito de los nombres propios. ¿Ramos Sucre y el Cónsul son la misma persona? Cuando comencé, sí. Pronto me di cuenta de que el Cón sul reque ría su propia identidad, pe ro esa identi dad tampoco podía estar se parada del to do del modelo en el que se ins piró. Por eso el personaje nun ca es mencionado como José Anto nio Ramos Sucre; utilizo las iniciales, o el cargo diplomático, lo que señala las similitudes, pero también las diferencias. Encontrar el tono de las cartas también fue una dificultad; quería que se pare cieran a las misivas reales del poeta en el ritmo de las oraciones, y que al...

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