Rumba sin estragos

El primer desliz no está en el plato, sino en la copa. "Uno de los principales elementos que se pasan por alto al salir de fiesta es la cantidad de calorías que contienen los licores", explica la nutricionista Sandra Suárez. Para una persona en su peso ideal, una fiesta ocasional puede no tener mayor impacto en la balanza, pero para quien busca perder kilos y festeja con frecuencia, la bebida es un factor digno de consideración. Suárez indica que hay una relación directa entre el grado alcohólico de cada licor y la cantidad de calorías que aporta. "Una botella de vino tiene unas 520 calorías, pero una de whisky tiene como 2.300. Licores como el vodka, la ginebra y el ron también rondan esa cifra. Si son dulces o cremosos, tienen aún más calorías. Por otro lado, una lata de cerveza ligera tiene 75 calorías, y una de cerveza normal tiene 150. Para no abusar, una opción puede ser hacer tintos de verano o tragos combinados con bebidas sin calorías, como soda, jugo de limón o refrescos de dieta", sugiere. "También es frecuente que las personas se distraigan conversando, pierdan la noción de los pasapalos que se comen y a la vez no gasten esas calorías antes de acostarse. Si uno va a asistir a una fiesta donde va a haber mucha comida y quiere probar de todo sin demasiadas privaciones, sería recomendable canalizar ese extra de calorías bailando, para no almacenarlas luego como grasa. Otra alternativa sería entrenar un poco más durante esa semana -ya sea por adelantado o después- para compensar". Fiesta en cintura. Aunque se avecine un festín prometedor, Suárez recomienda no "guardar el hambre" para el evento. "Es...

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