¿Rumbo al caos?

El jueves pasado en un artículo publicado en El Universal sobre el abismo al que se precipita el país, Carlos Blanco llegaba a una conclusión estreme cedora: en las calles de Venezuela falta el pan y sobra la rabia. Precisamente, añado yo, los dos ingredientes básicos del caos social y la rebelión po pular. La inseguridad, el desempleo, la inflación, el desabastecimiento, la des trucción lenta pero implacable del sector privado de la economía, en fin, la gestión de un gobierno cuya nave insignia, por ahora, es la Ley de Costos y Precios Justos, son algunas de las acciones oficiales que condenan al ciuda dano a este estado de mengua desesperante. Sin café, sin aceite, sin leche, sin artículos sanitarios ni de higiene personal, sin esto, sin aquello, algún día sin nada, lo cierto es que rápidamente nos hundimos en las aguas abisma les de un mar de la felicidad excesivamente parecido al cubano. Desde hace años, la oposición ha interpretado estos signos de la degrada ción de la vida ciudadana como consecuencia de la ineficiencia de Hugo Chávez y sus ministros, de la corrupción sin freno y de un catálogo cada día más extenso de incompetencias públicas. Conclusión forzosa de esta visión de la realidad es que bastaría cambiar de políticas y de gestores de esa política para enderezar el torcido rumbo nacional. Gracias a ello tam bién los dirigentes políticos de la oposición hace años solicitan a Chávez, le piden, le urgen y hasta le demandan entrar en razón. Como si Chávez y sus lugartenientes fueran locos o idiotas que en 13 años de gestión no han logrado aprender a revertir el disparate de su propia gestión ni el hartazgo natural de la población. Y como si tampoco hubieran comprendido que esos erro res le pasarán un día la factura en las urnas electorales o en las calles. Si el origen de esta crisis abru madora se halla realmente en la incapaci dad de quienes hoy gobiernan a Venezuela, bastaría con ese sim ple cambio de gobierno para devolverle el aliento al país. Pero si el origen de nuestros males respondiera en verdad a la existencia de algo mucho mayor Âde un régimen que persigue el propósito de acorralar al país, sembrar el desaliento y la confusión, ex cluirnos de la modernidad y crear caos e ingobernabili dad que faciliten el salto final en el proceso de reemplazar lo poco que nos queda de democracia por un sistema político y económico totalitario entonces la...

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