Sin rumbo y sin luz

AEstados Unidos nunca la ha ido muy bien que digamos en su autoasignado papel de custodio internacional de la democracia y los derechos humanos. Con el rabo entre las piernas salieron sus hombres de Indochina y se enredaron más que toneladas de estopa en Irak y Afganistán. Ahora, la administración de Obama se dispone a intervenir en Siria, brindándole a Maduro argumentos para alimentar las delirantes, deshilachadas y descocadas arengas mediante las cuales éste busca, a toda costa, reconocimiento de las funciones que graciosamente le concedió el CNE, a la vez que cubre con un manto retórico sus escasas o nulas dotes de estadista.Así pues, el giro de los acon tecimientos en Oriente Próximo ha sido providencial para un jefe de Estado desaprensivo que ni siquiera ha sido capaz de cuestionar una concesión petrolera otorgada por el gobierno de Guyana en la fachada atlántica de una zona en reclamación por parte de nuestro país y que afecta las costas del estado Delta Amacuro.El ego del que se fue era des mesurado. Para suplir sus falencias desarrolló una épica ficticia y petulante sobre la base de peripecias deseadas o imaginadas y que jamás ocurrieron. Ello incluía descaradas mentiras, como afirmar haberse acostado en la cama donde durmió De Gaulle durante su visita a Venezuela esa cama fue instalada en el hotel Ávila y no en La Viñeta, como aseveró, porque ésta aún no había sido habilitada como casa de huéspedes ilustres, y para ostentar su mesianismo recurría a la insolencia como cuando aseguró haber aspirado aromas sulfúricos en la ONU al ocupar la tribuna en la que momentos antes había estado George Bush.Pero el ego de quien se quedó es inconmensurable. Un yo descomunal y sobrevaluado que le permite especular que lo de Siria es sólo una pieza del rompecabezas armado por el imperio para provocar un colapso económico en Venezuela y llevárselo a él en los cachos, mediante una operación de vicariato, cuya sola presunción no pasa de ser una ridiculez. Después, un súbito cambio de velocidad le aconseja refugiarse en el género epistolar para dirigirse a Obama. Remedando a su antecesor exige detener preparativos militares y fija criterios que caerán en oídos sordos.Por supuesto que es imperativo defender la paz a toda costa y condenar la guerra sin importar dónde tenga lugar. Pero, como dice el refrán, la caridad entra por casa y resulta inadmisible que el régimen bolivariano, tan pendiente de Siria, haya descuidado de tal manera la disputa por el...

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