Rumbo al mar de la felicidad eterna

En el libro 1984 de George Orwell de tan escasa lectura y que en una clase de Teoría de la Comunicación, el licenciado en Filosofía, periodista y militante disciplinado de Partido Comunista Héctor Mujica, elegante y buen tenedor, además de grato conversador, describió como una parodia del capitalismo más avanzado, y por ende su peor etapa se describe un departamento que se encarga de expurgar libros, documentos, periódicos, revistas y cuanto texto se refiera a acontecimientos pasados que no coincidan con la historia oficial, y de reescribirlos.A Orwell no le resultó fácil que le publicaran. Entonces el largo brazo del Comintern, la Internacional Comunista que financiaba Moscú, tenía amplio dominio no solo en la industria editorial sino en el mundo intelectual. La fama, el reconocimiento y las prebendas adicionales se hacían más fácil si se tenía el carnet del partido o se levantaba la voz para denunciar las injusticias del capitalismo, hasta ahí; nada de referirse a las hambrunas generadas en Ucrania por la colectivización ni al trabajo esclavo de los prisioneros políticos en la construcción del canal del Báltico.En la Unión Soviética, pri mero, y en Cuba, después, las fotografías fueron los primeros documentos adecuados a la historia oficial. Poco a poco fueron desapareciendo de fotos oficiales los personajes que habían abandonado, traicionado el proceso.Trotsky no apareció más al lado de Lenin ni en ninguna otra...

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