desde la ruta

Cuando se contempla la fotografía del sonriente ganador, con los brazos en alto y muchas veces flanqueado por el también sonriente director técnico, es difícil imaginar todo el trabajo que hay tras bastidores y que hizo posible que el vencedor subiera hasta el podio. Si algo bueno se saca de ir detrás de la caravana es la experiencia de ver en acción a los equipos y sus estrategias. Ser testigo de cómo llevan al primer lugar a alguien que ha quedado descolgado del pelotón, o como no se deja solo al que ha quedado rezagado.Enterarse, por ejemplo, de que hay un ciclista del grupo destinado a desgastarse más porque debe retrasarse para buscar el aprovisionamiento de sus compañeros -que mete como puede en los bolsillos y resquicios del mailloty luego partir hasta la punta para entregar su carga. También es posible ver el vertiginoso proceso de cambiar un tubular espichado en cuestión de segundos, o presenciar cómo un corredor que ha sufrido una caída recibe las curas sin dejar de pedalear.Hay quien cuenta que ha visto suturar a...

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