Sabaneta las expectativas perdidas

De la casa donde nació Hugo Rafael, segundo hijo de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías, sólo sobrevive un modesto Âcasi escuálido árbol de merey. La vivienda, en el caserío Los Rastrojos, localizado a 10 kilómetros de Sabaneta de Barinas, fue derrumbada. Pero a pesar de la demolición de parte esencial de la historia de vida del Presidente, es imposible no sentirse bombardeado por su imagen y la de su familia: Aníbal Chávez es el alcalde de Sabaneta; Adán Chávez es el gobernador de Barinas y Hugo Chávez es el presidente de la República. En la Mesopotamia de Bari nas Âcomo llaman a Sabaneta porque está rodeada por los ríos Masparro y Boconó todas las instancias del Poder Ejecutivo están en manos de una familia y en cada esquina hay afiches, vallas, pintas y murales que amplifican la visibilidad de esa línea de poder. Lo que pasa aquí no se ve en ninguna parte: puro Chávez en el poder. Se desaprovechó una oportunidad de oro. No hay progreso, pero Sabaneta está disfrazada, dijo José Torres, productor agropecuario, que nació en el pueblo hace setenta años. Esta es una coyuntura que nunca antes había pasado, y si Sabaneta no la aprovechó, ya no lo aprovechamos. Aquí hay pura megalomanía, exclamó Ricardo Aro, fundador del MBR 200 de Barinas. Ambos ancianos, que algu na vez fueron cercanos a los Chávez, viven en el territorio que vio la transformación de la familia real de Barinas, como algunos la han bautizado. El lugar, a poco más de un mes de las elecciones presidencia les, parece un parque temático rojo rojito que se exacerba en época electoral. Por primera vez en 13 años, Hugo Chávez participará en una elección en la que, de acuerdo con los sondeos más recientes, podría conocer la derrota en su invicta carrera como primer mandatario. En su pueblo natal, el sopor de la tarde del llano es similar a la actitud de los lugareños ante el acto comicial del 7 de octubre. Silencio, desgano, incertidumbre: el recelo de quienes saben que están en un lugar en el que hay ojos por todos lados. A pesar del acrecentado culto a...

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